Temperatura de confort y humedad, dos puntos clave para conseguir ahorrar en calefacción en tu hogar. Te contamos por qué en este artículo en el que hemos recopilado datos para que dispongas de toda la información.
- El confort térmico o la temperatura de confort, es en la que no tenemos sensación de frío ni de calor. Para saber cuál es la temperatura ideal para una casa necesitamos saber este valor, pero para obtenerlo tenemos que aprender que hay varios factores que influyen en ella.
- También tenemos otro valor casi tan importante los números del termómetro, se trata del vapor de agua en el aire. Controlar la humedad relativa en interiores puede ser clave para mejorar la sensación de bienestar en casa, ¿cómo nos afecta?
La temperatura de confort
Varía en función de la actividad que se esté realizando. Por ejemplo, una temperatura que para una biblioteca sería válida, para una fábrica donde se realice trabajo físico será con toda seguridad excesiva.
Por eso decimos que hay varios factores que se deben tener en cuenta. Influirá el número de personas que se encuentren en una misma sala, la cantidad de ropa que lleven, el esfuerzo físico, la velocidad del aire, la humedad… pero en esta entrada vamos a centrarnos en un sólo supuesto: el de una vivienda.
Al poner la calefacción muy elevada, la humedad se hace más palpable. El aire caliente produce más humedad que el frío.
Es aconsejable que la temperatura de las estancias no supere nunca los 19-21 grados si es posible.
Controlar la humedad
Hay que tener en cuenta que muchos de los medios tradicionales de climatización no modifican los valores de la humedad, sino que cambian simplemente la temperatura. El aire acondicionado emite aire frío y la calefacción lo calienta, pero la humedad relativa se mantiene en los mismos valores.
Una de las mejores formas, aunque pueda parecer contraproducente, para conseguir que tu vivienda tenga la temperatura idónea, es ventilar en las horas en las que no estés en casa.
El aire de fuera que entra en la vivienda con su 50% de humedad relativa, lo hace con menos cantidad de vapor de agua que el aire interior, al que sustituirá, que aún teniendo 50% de humedad relativa, contiene, en realidad, más cantidad de vapor de agua.
La calefacción de gas natural es seca y esta es la mejor opción para lugares húmedos como la Región de Murcia.
Los sistemas de calefacción seca son aquellos que queman combustibles de cualquier tipo y expulsan los gases quemados al exterior sin contaminar los ambientes que temperan. Entre ellas se cuentan la calefacción por agua caliente, aire caliente, chimeneas a leña y las estufas con chimenea que queman combustibles sólidos, líquidos o gaseosos y que son, generalmente, de tiro balanceado. También las estufas eléctricas de cualquier tipo.
Los sistemas de calefacción húmeda son aquellos que queman combustibles a base de hidrocarburos (queroseno, gas licuado, natural o de ciudad) y que, al ser de llama abierta (sin expulsión de gases quemados al exterior), dejan en los ambientes dichos gases. El vapor de agua, aumenta la humedad ambiental e incrementa los riesgos de condensación en el interior de los recintos. En efecto, los hidrocarburos contienen importante porcentaje de hidrógeno que durante la combustión se combina con el oxígeno del aire para producir agua.
Estas estufas son las más usadas en nuestro país siendo una de las principales causas de condensaciones en la vivienda.
Ventajas de una buena ventilación
Es por ello que ventilar la casa y permitir la entrada del aire exterior, que por ser más frío muchos piensan que podría ser perjudicial, en realidad resulta de mucha ayuda. La ventilación de hecho tiene dos ventajas con respecto a la calefacción, una ventaja que es subjetiva y una objetiva y ambas tienen que ver con la sensación térmica.
Cómo ventilar correctamente
Lo mejor para ventilar bien es hacerlo con las puertas abiertas, así se incrementa el intercambio de aire. Si es posible, abra también las ventanas al otro lado de la fachada para crear una corriente de aire eficaz. Las puertas de las habitaciones con poca calefacción déjelas mejor cerradas.
- Instalando un sistema de ventilación que garantice la renovación adecuada de aire, garantizando niveles de humedad de aire interior que no den lugar a la aparición de humedades
- Contar con un sistema de ventilación específico para zonas de alta producción de vapor, como cocinas y baños
- Garantizando renovaciones de aire constantes y no puntuales, para evitar momentos de picos de humedad
Calentar correctamente: así funciona
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Evite las oscilaciones de temperatura al calentar
Cuanto mayores son las diferencias de temperatura dentro de la vivienda, mayor es el riesgo de que se generen humedades. Por esta razón, las habitaciones que apenas se usan durante el día o no se usan, nunca deberían enfriarse totalmente. Además, el descenso de la temperatura deberá tener lugar paulatinamente, es decir, no se debería bajar el termostato de los calefactores más de una o dos marcas.
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No poner la calefacción demasiado alta
Una calefacción ajustada en el nivel 3 no sigue calentando y, por lo general, la temperatura ambiente se mantiene en 20 o 21 grados. Por el contrario, en el nivel 5 la calefacción sigue calentando la estancia, lo que aumenta el consumo energético en aproximadamente un seis por ciento por cada grado adicional. En el comedor y el salón es suficiente con una temperatura ambiente de 20 grados. En las habitaciones infantiles y el estudio, la temperatura máxima debería situarse en los 22 grados, mientras que en el dormitorio bastarían con 16 a 18 grados.
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Por la noche la temperatura solo debería descender dos grados
Por la noche, no debería bajar la temperatura más allá de dos grados. De este modo ahorra además dinero, porque si baja la calefacción por completo, la vivienda se enfría y deberá calentarse al día siguiente con un mayor consumo energético.
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La temperatura de la vivienda no debería estar por debajo de los 16 grados
No debería descender de una temperatura base de 16 grados, porque en caso contrario, la humedad del aire se deposita en las paredes y objetos fríos, donde es muy probable que se forme moho.
¿A mayor calefacción, mayor humedad?
La respuesta es sí, pero antes mejor entendamos el principio de la calefacción. Cuando utilizamos la calefacción lo que hacemos es calentar el aire, y, cuanto más caliente esté el aire, mayor capacidad tiene para contener vapor de agua.
Entendamos mejor con un ejemplo, si el aire de nuestra casa está en 10°C y el ambiente tiene un 80% de humedad relativa, la cantidad que contiene de agua por cada kilogramo es de 6 gramos. Si calentamos el aire usando calefacción, llevando la temperatura a 20°C, y el ambiente se mantiene con la misma humedad relativa, esta vez produciremos 12 gramos de agua por cada kilogramo de aire seco. Exactamente el doble de probabilidades de sufrir de problemas de humedades por condensación.
Así pues podemos concluir que a más calefacción, mayor condensación y la humedad de Murcia beneficia mucho este problema, especialmente en temporada de otoño e invierno.